Al descubrir un paquete de entrega incorrecta lleno de consoladores, lo invoco, exponiendo sus deseos secretos. Con una sonrisa, desvelo los placeres futuros de su culo, y sin dudarlo, empuje cada consolador en su interior, disfrutando de su torcido expuesto. Sus gemidos ofrecen confirmación: es una zorra con antojo anal. Como lo llene por completo, lo confieso, ¡estoy encantado de abrir el paquete!